2.12.14

Martes: Amor y correspondencia

¿Hace cuánto que no escribís una carta de amor?


Esa es la pregunta que guía el espacio dedicado a las cartas de amor que pueden encontrar en el primer piso de la exposición AMOR. En este espacio podrán leer 26 cartas de amor de figuras de la política y de la cultura de nuestro país. Pero no solo eso: también podrán escribir sus propios mensajes de amor y enviarlos gratuitamente por Correo Argentino. 


Cada semana compartiremos con ustedes alguna de las cartas y bucearemos en la historia de amor que hay detrás de ellas. Pero para ya meternos en tema, compartimos el texto de sala:

Manuscritas. Mecanografiadas. Escritas sobre papeles delicados o el dorso de una tarjeta postal. Las cartas fueron siempre —y quizás sigan siéndolo, para los más románticos— un territorio predilecto para la comunicación amorosa. Algunas viajaron en carreta; otras, en barco y más tarde en avión. Hay cartas que fueron confiadas al servicio de correos y cartas que fueron entregadas en persona, por debajo de la puerta amada.

"Como deseo, la carta de amor espera su respuesta", dice Roland Barthes. También busca romper con la distancia y la ausencia. Pero una carta puede ser interceptada, puede no llegar a destino o simplemente no ser contestada. Lo que sigue a la pasión de la escritura es la espera, la expectativa, la angustia. En el mejor de los casos, con la respuesta arribará la felicidad tan ansiada.

Escritas por hombres y mujeres públicos y anónimos, huellas de diversas maneras de sentir, y de vivenciar un tiempo y una cultura, las cartas también nos hablan de un devenir histórico. Cartas conyugales pero también de rebelión contra los matrimonios convenidos. Cartas de seducción y de despedida, de despecho y reclamo, de amores prohibidos por la moral. Cartas desde el encierro y el destierro. Cartas escritas en la clandestinidad, firmadas con seudónimos. Y cartas, finalmente, que entrelazan el amor y la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario